Celos, tiempo y comunicaci贸n
Muchos consideran los celos como una emoci贸n mala que no deber铆a existir en el ser humano. Tambi茅n como una se帽al de desconfianza hacia tu pareja. Para Mile y para Apo, los celos nunca tuvieron ese matiz.
Siendo personas emocional y racionalmente inteligentes, siempre manejaron sus celos con calma, di谩logo y entendimiento. En realidad, la clave de su relaci贸n, adem谩s del profundo amor, siempre fueron la comunicaci贸n y la comprensi贸n.
Los dos son hombres territoriales con su pareja y gustan de tener toda la atenci贸n del otro. De hecho, Apo no supo de esta naturaleza suya sino despu茅s de entender que desarroll贸 sentimientos por Mile. Jam谩s pens贸 que querr铆a monopolizar tanto el tiempo de otro ser humano hasta que lo vio poner de manera fugaz su mano en la cintura de otra persona que no era 茅l. M谩s a煤n al ser Mile tan reservado con el contacto y espacio personal.
Cuando un sentimiento amargo escal贸 a su pecho y sus cejas se contrajeron con una emoci贸n salvaje que parec铆a gritar "¡m铆o!", se cohibi贸 y juzg贸 inc贸modo. Ese d铆a, Apo no fue Apo. El hombre hiperactivo desapareci贸; estaba tan calmado al analizar y digerir la emoci贸n reci茅n descubierta que pensaron que estaba enfermo.
Por supuesto, Mile se acerc贸 a 茅l. Puso una mano en su frente para medir la temperatura–. No es fiebre —dijo al percibirlo normal. El coraz贸n de Apo brinc贸, maximiz谩ndo el toque—. ¿En d贸nde te sientes mal? ¿Quieres ir al hospital o necesitas volver a casa a descansar? ¿Quieres que te lleve?
—No me duele nada.
Mile lo mir贸 a los ojos, como buscando una respuesta—. Ah, ya entiendo; es aqu铆 —se帽al贸 la cabeza—, o ac谩 —apunt贸 al coraz贸n.
Con todo el tiempo que ya ten铆an trabajando y conviviendo juntos, les era muy f谩cil leerse entre s铆.
—¿Quieres hablar de ello o prefieres guardarlo por ahora?
Apo lo pens贸 un poco. Abri贸 la boca para hablar, pero no sali贸 nada. Mile no lo presion贸, le dio su tiempo y s贸lo se sent贸 a su lado a esperar su decisi贸n. Si quer铆a hablarlo, lo escuchar铆a, si no, lo respetar铆a hasta que decidiera hacerlo.
Arrug贸 las cejas y mir贸 el perfil de Mile, quien abri贸 una botella y se la pas贸. Alguna vez Apo mencion贸 que Mile es la persona que lo cuida, justo como en ese momento, que no sab铆a qu茅 era lo que rondaba en su mente pero todav铆a se sent贸 a su lado a hacerle compa帽铆a y darle un poco de agua. Detalles grandes que parec铆an peque帽os. El coraz贸n le volvi贸 a saltar.
Se quedaron en silencio despu茅s de que el staff saliera del cuarto. Ese silencio fue una contraparte con lo ruidosa que se volvi贸 su mente, pues quer铆a decirle, pero realmente, y aunque ten铆a sospechas de los sentimientos de Mile hacia 茅l, no hab铆a nada seguro.
Si bien Mile, desde un principio se mostr贸 posesivo hacia su persona, no sab铆a cu谩l ser铆a su reaccionar al ser 茅l quien en la actualidad se sent铆a as铆. Era consciente de que no lo juzgar铆a ni ser铆a malo con sus emociones, pues no era una persona que lastimara a los dem谩s, al contrario.
«¿Deber铆a decirle?», pens贸.
Tom贸 un trago de la botella—. Descubr铆 que estoy celoso.
Mile se tens贸—. ¿Por qu茅?
—Porque vi a la persona por la que tengo sentimientos tocar a alguien m谩s.
—¿La persona... por la que tienes sentimientos? —sinti贸 un fr铆o intenso recorrer su espalda junto a una mezcla de p谩nico y celos.
—Mn.
Mile ya ten铆a conciencia de sus sentimientos hacia Apo desde meses atr谩s. De hecho, para nadie era secreto. Incluso sus fans pod铆an verlo y lo gritaban a diestra y siniestra por redes sociales, pero no le dijo nada al responsable de sus afectos porque sinti贸 que no era el momento adecuado para hacerlo por todo el trabajo; en resumen, ten铆an el tiempo saturado. S铆, nunca existi贸 duda de que le har铆a saber lo que se desarroll贸 dentro de su pecho, pero ahora...
—¿Puedo saber qui茅n es esa persona? —no se dio cuenta de que retuvo su respiraci贸n.
Apo comenz贸 a moverse de aqu铆 a all谩 en su mismo asiento. Mile lo entendi贸 como se帽al de nerviosismo, y aunque no lo presion贸 tampoco retir贸 su pregunta. Los segundos que a Apo le tom贸 responder los sinti贸 como la eternidad misma.
Apo ya no era alguien que se guardara sus emociones y sentimientos: —T煤.
—¿Yo?
Asinti贸.
Vino un largo silencio de parte de Mile.
—Entonces... —se reacomod贸 para mirarlo directamente a los ojos— La persona que toc贸 a alguien m谩s y por la que te pusiste celoso, ¿soy yo?
Apo volvi贸 a asentir.
Aunque ya era obvio, y s贸lo para dejarlo muy en claro, volvi贸 a preguntar: —¿Tus celos son porque yo te gusto no de forma amistosa, sino rom谩ntica?
Se dio un tercer asentimiento.
Mile dej贸 salir un dram谩tico suspiro y se llev贸 la mano al pecho en se帽al de alivio. Una risita se le escap贸 y fue notorio el c贸mo su cuerpo se relaj贸—. Demonios. Por un momento me asust茅 —tambi茅n fue sincero.
Apo no dijo nada. En su mirada casi explot贸 una pregunta que no se alcanz贸 a externar pero que Mile no tuvo problemas para entender y responder. Sonri贸 muy grande—. Es que t煤 tambi茅n me gustas —solt贸 sin m谩s—. Por un momento me dio miedo que hablaras de otra persona.
—¿Qu茅? —sus sospechas no eran infundadas. Lo verific贸—. ¿Yo tambi茅n te gusto?
—S铆, desde hace tiempo —y antes de que Apo pudiera preguntar algo m谩s, Mile sigui贸 hablando para aclarar r谩pidamente cualquier duda que pudiera tener—. No te lo dije porque tenemos la agenda saturada y poco tiempo. Me gustas, rom谩nticamente, as铆 que, al ser algo importante quer铆a hablarlo en el momento adecuado, con tiempo y espacio, como deber铆a ser. No as铆, o aqu铆 —hizo una se帽al a su alrededor.
—Yo ya sospechaba que te gusto.
Mile se ri贸—. Va lo mismo de mi parte. Creo que hasta un ciego es capaz de verlo —agarr贸 la botella que Apo ten铆a en las manos y la dej贸 en la mesita de centro frente a ellos.
Los dos fueron sinceros con el hecho de que compart铆an sentimientos, pero Mile todav铆a sent铆a que no era el momento adecuado, porque aunque s铆, se ven铆an todos o casi todos los d铆as, realmente no estaban teniendo espacio para ellos y no quer铆a dar un posible inicio a una relaci贸n de pareja de esa manera. Quiz谩 ya estaba pensando de m谩s , pero no quer铆a ser irresponsable y arriesgarse a que eso rompiera algo que ni siquiera hab铆a iniciado.
Tom贸 la mano del inusual Apo silencioso—. Quiero aclarar primero que no estoy dejando de lado tus sentimientos, pero quiero que lo hablemos en otro lugar y que me digas qu茅 es lo que t煤 quieres que pase entre los dos, o si s贸lo quieres que continuemos como amigos y compa帽eros de trabajo.
Hizo una pausa y continu贸—. Cuando vayamos a la playa en Phangnga tendremos espacio para poder hablar y estar tranquilos. ¿Te parece si lo hacemos ah铆?
Para Apo, qu茅 todav铆a estaba luchando con su mente y sentimientos, la propuesta fue adecuada. Le gusta Mile, eso lo tiene claro y no tiene ninguna emoci贸n o pensamiento negativo al respecto por ser un hombre, pero s铆, ahora que su mente ya dej贸 los celos de lado y Mile confes贸 que le gusta tambi茅n, siente que necesita digerirlo por su cuenta antes de hacer o decir m谩s.
—Estoy de acuerdo.
—Perfecto. Bien, ahora pasemos al tema de los celos.
Apo se tens贸.
—¿Te molest贸 cuando toqu茅 a Nim?
—S铆.
—¿Y te molesta cuando tengo un acercamiento f铆sico con cualquier otra persona?
—Para ser honestos, no. Me siento as铆 cuando se trata de mujeres.
—Entonces tendr茅 m谩s cuidado de ahora en adelante —asegur贸.
—¿No te molesta limitar tu interacci贸n porque yo estoy celoso?
—No, para nada. Es el respeto m铆nimo que le debo a la persona con la que comparto sentimientos. Adem谩s, no considero que los celos sean malos. Yo tambi茅n los tengo, pero si soy sincero, en mi caso, surgen m谩s cuando son hombres los que se te acercan —se rasc贸 la oreja, un poco avergonzado.
Apo se ri贸. Empuj贸 un poco el hombro de Mile—. Tambi茅n tendr茅 cuidado —si Mile estaba dispuesto a poner de su parte por algo que todav铆a estaba en suspensivos, 茅l tambi茅n lo har铆a.
Para sus adentros Mile pens贸 que para Apo ser铆a "m谩s dif铆cil" hacerlo por su naturaleza efusiva y cari帽osa con todos, pero no dijo nada porque tampoco quer铆a que su chispa se perdiera por pensar en limitar el contacto.
—Entonces ya est谩. No falta mucho para Phangnga, s贸lo dos semanas, as铆 que pensemos a conciencia las cosas, y si hay algo que te haga sentir mal o inc贸modo, como hoy, tienes que dec铆rmelo, as铆 sea dif铆cil. Yo har茅 lo mismo.
La puerta se abri贸 y alguien del staff se asom贸—. Chicos, los necesitamos —si se dio cuenta o no de que la mano Apo segu铆a entre las de Mile, hizo ojos ciegos, pero les dio espacio—, no tarden, por favor.
—Vamos.
—Vamos.
Una hora m谩s tarde volvi贸 el Apo con bater铆a ilimitada. Mile sonri贸 al verlo.
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