AlfaxAlfa; MileApo | 5




Despu茅s de pensarlo durante un largo rato que se convirti贸 en un par de horas desde que le lleg贸 el mensaje, Apo acept贸 la salida con Mile. Y, al igual que la primera vez que salieron juntos, qued贸 sorprendido con la elecci贸n de lugar. En esta ocasi贸n no lo llev贸 a un bar escondido a las afueras de la ciudad, si no a un gran almac茅n.


—S茅 que por fuera no da buena espina, pero espera a que entremos —repiti贸 Mile lo de aquella vez.

Sonri贸 y asinti贸—. Esperar茅 algo bueno.

De manera natural terminaron con las manos entrelazadas de camino al almac茅n. Apo se dio cuenta con s贸lo entrar de qu茅 iba todo. El lugar era un almac茅n de locales de ropa, comida, baratijas y dem谩s cosas de segunda mano.

—Cuando cenamos en mi casa te ense帽茅 mi cuarto de recuerdos con cosas que compr茅 en mis viajes y otras que adquir铆 aqu铆 mismo en Tailandia ya que se me hicieron especiales... Pues este es mi lugar preferido para comprar cosas vintage —sonri贸 como si contra un secreto.

Apo levant贸 la ceja un poco emocionado por saber algo nuevo de 茅l. Tambi茅n se sinti贸 un poco fuera de lugar, vestido con un traje cl谩sico hecho a la medida por uno de los sastres m谩s famosos, en ese lugar donde todos estaban con ropa c贸moda. Incluso Mile.

—No te preocupes por la ropa —le toc贸 el saco—. No te ped铆 que te cambiaras porque esa es otra cosa divertida que haremos.

—¿Compraremos ropa?

—¡S铆!

Estuvo a punto de preguntar si de verdad comprar铆an ropa usada, pero se abstuvo de hacerlo pues no quer铆a sonar como un hombre delicado y mimado. Apo jam谩s tuvo la necesidad de pedir prestada ropa o comprar algo ya usado, y, de alguna manera, la experiencia le llam贸 mucho la atenci贸n. Sonri贸, expectante—. ¡Est谩 bien! Vamos.

Mientras estaban ah铆 Mile no dej贸 de tocar a Apo, ya sea agarr谩ndole la mano, los hombros o sujet谩ndolo por la cintura. Apo se acostumbr贸 con facilidad a esto y se sinti贸 anhelante en los momentos en los que por alguna u otra raz贸n se separaron. El calor que su tacto le trajo a cada zona le burbuje贸 en el pecho.

Mientras ve铆a a Mile entretenerse en las baratijas de uno de los locales, sinti贸 algo inc贸modo en el pecho cuando el beta que atend铆a se puso demasiado acomedido con 茅l, riendo con coqueter铆a. Por una raz贸n que no quiso admitirse, pero tampoco pudo negarse, se acerc贸 a Mile y entrelaz贸 sus dedos junto a los suyos ante la mirada del beta.

Mile sonri贸 en grande con las tupidas cejas hacia arriba por la sorpresa: era la primera vez que Apo daba el primer paso para tener una muestra de afecto. Todav铆a sorprendido, pero comprendiendo el motivo de aquel acto, se alej贸 todav铆a un poco m谩s del joven beta para pegarse a Apo, y dijo: —No te preocupes, no voy a ver a nadie m谩s —susurr贸—, pero me gusta esta parte monopolizadora tuya.

Apo se avergonz贸 y quiso soltar la mano, pero Mile la apret贸.

—No te averg眉ences.

—No me avergonc茅 —minti贸 con descaro y un poco m谩s de soltura. Solt贸 la mano—. S贸lo quer铆a poder agarrar esto —tom贸 un reloj antiguo y se rio.

—Est谩 bien —Mile le dio un peque帽o beso en la mejilla y fue a pagar una baratija que le gust贸.

Con la vista en el reloj, la risa se fue y la mente de Apo volvi贸 al d铆a anterior, cuando acostado en la cama pens贸 que ser铆a mejor terminar la indefinida relaci贸n con Mile. No s贸lo no soport贸 que otro alfa le arrojara feromonas, aunque fueran de cortejo, ahora tambi茅n se sent铆a anhelante por su atenci贸n y se sinti贸 celoso por una simple interacci贸n que le vio tener con alguien m谩s, causando que efectivamente quisiera monopolizar la atenci贸n y caricias de Mile.

«¿Qu茅 ser谩 lo mejor? ¿Termino esto hoy o contin煤o a ver hasta d贸nde puedo llegar?», pens贸, todav铆a sin apartar la vista del viejo reloj.

Mile volvi贸 con una peque帽a bolsa de papel donde tambi茅n meti贸 el reloj que Apo tom贸—. Vamos. ¡Es hora de buscarte ropa!

«Lo decidir茅 m谩s tarde...».

El entusiasmo de Mile se volvi贸 contagioso y el cuerpo de Apo se solt贸. Dej贸 la rigidez de lado y se convirti贸 en ese hombre un tanto hiperactivo, movido, curioso y hablador que s贸lo se permit铆a ser en su privacidad, la seguridad de su casa y fuera de las etiquetas y expectativas sociales a su imagen de ejecutivo heredero y alfa dominante.

—¡Mira ese espejo…! —Apo entr贸 a una tienda con art铆culos de segunda para el hogar, donde encontr贸 un espejo de cuerpo completo que le gust贸 para tener en su dormitorio.

Mile lo sigui贸 de cerca con los ojos emocionados al ver la sonrisa brillante de Apo. Mientras Apo se acerc贸 al espejo, 茅l vio a lo lejos lo que le pareci贸 una cabellera muy conocida. Se detuvo y esper贸 unos segundos para ver si la persona se giraba. No lo hizo, pero el flanco izquierdo de su rostro se pudo divisar cuando volte贸 a ver a su acompa帽ante. Casi se echa a re铆r, pero Apo se acerc贸 al terminar su compra.

—¿Qu茅 sucede? —le pregunt贸 y dirigi贸 la vista a la tienda donde Mile miraba.

—Espera unos segundos y ver谩s.

Tal como lo dijo, unos segundos despu茅s Apo vio a su hermano peque帽o salir de una tienda de lencer铆a junto a un hombre que llevaba cargando varias bolsas.

Jeff y Barcode se detuvieron en el momento en que cruzaron miradas con Mile y Apo. Barcode mir贸 a Apo y desv铆o un poco la mirada con un ligero sonrojo en las mejillas. Por su parte, Mile mir贸 a Jeff con una sonrisa burlona y si Jeff hubiese tenido las manos desocupadas, quiz谩 le mostrar铆a el dedo medio.

Se acercaron para hablar y Mile aprovech贸 para pegarse a Jeff y susurrarle muy cerca: “¡Ya no pienso seguir detr谩s de un omega mimado y berrinchudo!”. Jeff escuch贸 como sus propias palabras, que escupi贸 hacia arriba, le cayeron directo a la cara acompa帽adas de la mofa inacabable de su mejor amigo, a quien se las dijo despu茅s de que Barcode lo hiciera salir a mitad de la noche de su casa para un asunto muy rid铆culo.

Jeff puso una sonrisa que no lleg贸 a sus ojos y con los dientes apretados le respondi贸 a Mile con un: —C谩llate.

Mile no lo pudo evitar y solt贸 una carcajada que acab贸 en el momento en el que mir贸 la cara seria de Apo y su postura r铆gida.

Barcode, al ser un omega dominante, no sol铆a bajar la mirada ante nadie. Siendo el g茅nero m谩s importante en la sociedad, no conoci贸 el sentimiento de sumisi贸n. Sin embargo, la presencia de su hermano siempre le impuso. Si bien este tend铆a a ser un alfa muy serio en su d铆a a d铆a, con 茅l sol铆a ser muy c谩lido y amable, divertido y despreocupado.

Entonces, verlo de pie con un espejo alargado en la mano, pero una apariencia hostil hacia Jeff, le hizo sentirse un poco ansioso y desconocido en la situaci贸n.

Jeff se acerc贸—. Mucho tiempo sin verte —le extendi贸 la mano en forma de saludo.

Apo respondi贸 al saludo de Jeff estrech谩ndole la mano, pero mirando a Barcode—. No sab铆a que se conoc铆an.

—No estamos conociendo —habl贸 Jeff.

—Parece que se conocen demasiado bien —Apo dirigi贸 la mirada a la tienda de lencer铆a y las mejillas de Barcode se pintaron de rosa. Mile, por su parte, quiso re铆rse de la mirada un tanto inc贸moda de Jeff.

Este 煤ltimo, mir贸 a su amigo, y al notar la mirada burlona de Mile sonri贸 listo para regres谩rselo—. Parece que ustedes tambi茅n se conocen muy bien… —hizo una breve pausa—. De hecho, creo que es m谩s asombroso verlos a ustedes dos juntos que a nosotros.

Barcode asinti贸—. Me sorprendi贸 bastante encontrarte aqu铆 a ti —hizo un gesto que englob贸 todo el almac茅n—. Jam谩s me imagin茅 que adem谩s estar铆as con el se帽or Romsaithong.

Mile, al ver que Apo no contest贸, lo hizo por 茅l—. Joven Wattanagitiphat, hace mucho que no lo ve铆a, me alegra ver que creci贸 bellamente —se peg贸 a Apo hasta quedar muy cerca de 茅l y extendi贸 la mano a Barcode para un saludo m谩s formal—. Nosotros tambi茅n nos estamos conociendo y decid铆 venir con tu hermano a este lugar que me encanta.

La mirada de Barcode repar贸 en c贸mo la mano de Mile se enrosc贸 en la cintura de su hermano y c贸mo este no hizo nada para alejarse. El contacto y la cercan铆a entre los dos fue un tanto inusual, muy 铆ntima. Barcode estuvo enterado de unas pocas relaciones que tuvo su hermano en el pasado con algunos omegas, y aunque no sab铆a demasiado de ellas, puede recordar que la cercan铆a que est谩 mirado que tiene con el alfa dominante de los Romsaithong no la tuvo con ninguna de esas parejas.

Volte贸 a ver a Jeff con una pregunta en los ojos. Jeff r谩pidamente comprendi贸 y dio un ligero asentimiento de cabeza para confirm谩rselo. Barcode se qued贸 en blanco.

—Nosotros nos vamos primero —Jeff tom贸 la mano de Barcode y las bolsas con sus compras—. Espero que tengan una tarde agradable —y con eso se retiraron.

A Mile no le pas贸 desapercibido el que Apo no les despeg贸 la mirada de encima hasta que sus siluetas desaparecieron en la lejan铆a—. Jeff es un buen Alfa —quiso restar cualquier preocupaci贸n que pidiera rondar en su cabeza—. No le har铆a da帽o.

—No podr铆a hacerlo —contest贸 Apo muy seguro. A煤n si Jeff Satur era un alfa dominante como ellos, no habr铆a manera de que pudiera enfrentarse a un omega dominante. De intentar cualquier mal movimiento contra su hermano, Barcode lo tendr铆a de rodillas en cuesti贸n de segundos, a nada de entrar en shock por el impacto de las feromonas de un omega dominante.

Mile asinti贸. Sab铆a perfectamente en la situaci贸n en la que estaba su amigo y lo dif铆cil que la tendr铆a para llevarse al joven Barcode, uno de los tesoros m谩s preciados de los Wattanagitiphat. 脡l, por su parte, quer铆a al otro hermoso tesoro de bell铆simos ojos, y estaba luchando su propia batalla.

Desde que Apo le contest贸 el mensaje en el que acept贸 salir con 茅l, Mile entendi贸 que, si bien Apo usualmente tardaba algunos minutos en contestar sus mensajes, el periodo de un par de horas fue extra帽o. No quer铆a sonar como esas parejas que pon铆an el grito en el cielo con un par de horas sin contacto, pero entre 茅l y Apo siempre, desde las 煤ltimas semanas, existi贸 el informarle al otro que estar铆a ocupado durante el d铆a.

La lejan铆a en el contacto y lo que sucedi贸 la 煤ltima vez que estuvieron juntos en su mansi贸n, donde Apo no tuvo un buen momento recibiendo sus feromonas, lo tuvieron en el filo del hilo dando el ciento diez por ciento para que Apo dejara la rigidez y se relajara a su lado.

Dej贸 de lado el encuentro que tuvieron y continuaron con sus compras. Lo llev贸 al local que consideraba uno de sus favoritos en los que encontraron perchas enteras de ropa vintage de segunda mano con excelente calidad y estilo.

Entre las cosas que eligieron, Mile tom贸 un pantal贸n marr贸n oscuro para 茅l y uno verduzco con algunas manchas de pintura para Apo. A ambos les eligi贸 una camisa blanca holgada y unos mocasines que hicieron juego. De accesorios compraron lentes de sol, un sombrero y una boina.

Cuando salieron del probador, ambos luc铆an completamente diferente a sus estilos formales que sol铆an llevar en su d铆a a d铆a.

Apo se mir贸 al espejo y una sonrisa amplia achic贸 sus ojos y le rob贸 el coraz贸n a Mile.

—Me encanta —le hizo una se帽a a Mile para que se acercara.

Los dos hombres, que apenas entraban en el reducido vestidor, vieron sus reflejos apretados. Mile, sin evitarlo, se acerc贸 m谩s a Apo y le dio un beso en la mejilla. Este 煤ltimo sinti贸 que su coraz贸n vibr贸 y volvi贸 a posponer lo que se pregunt贸 la noche anterior. Pens贸 que quiz谩 se estaba adelantando demasiado a los hechos y que no ser铆a una mala idea volverlo a intentar. Despu茅s de todo, nunca fue un hombre que se diera por vencido contra la primera piedra que encontrara en su camino.

As铆 que, haciendo algo totalmente inesperado para Mile, Apo sonri贸 y se inclin贸 para darle un beso en los labios.

Comentarios

Entradas m谩s populares de este blog

AlfaxAlfa; MileApo, Adiestramiento | Final

AlfaxOmega dominante; JeffCode