AlfaxOmega dominante; JeffCode

El primer contacto que tuvieron Barcode Wattanagitiphat y Jeff Satur fue en una reunión social en la que los padres del pequeño niño de un mes de nacido lo presentaron al mundo. Jeff puede recordar con claridad que tenía tan sólo cinco años cuando eso ocurrió. Se acercó con su madre alfa y al ver al niño con sus enormes ojos mirándolo, su cabeza quedó en blanco y su corazón se volvió loco. El aliento que le quedó atascado en la garganta se alivió cuando el pequeño Barcode estiró su diminuta manita hacia él.

Su mano, tan suave y calentita, le acarició el rostro cuando Jeff se arrimó.

—Mamá… ¿puedo casarme con él? —preguntó Jeff inocentemente. Las elegantes damas se rieron con gracia al parecerles tierna la pregunta.

Más tarde, cuando Jeff se fue a jugar, llegó con la mano sobre el corazón y las mejillas sonrojadas con su mejor amigo Mile—. ¿Te pasó algo? —le preguntó el niño de cejas tupidas.

—Acabo de conocer a mi omega —dijo emocionado.

—¿Quién?

—¡Barcode!

—¿El pequeño niño Wattanagitiphat?

—Sí… Cuando me despierte en alfa, él será mi omega.

—¿Y si él no despierta en omega?

—¡No importa!, él será mi esposo.

Con el paso de los años, aunque Jeff continuó mimando al pequeño Barcode y este último siempre se sonrojaba al verlo, sus caminos se fueron separando inevitablemente. Cuando Barcode tenía cinco años, Jeff se fue a estudiar a un colegio extranjero y duró mucho tiempo sin verlo. Al volver, cada uno tenía su propio círculo amistoso y sintieron que ya no encajaban el uno con el otro. Así que sus caminos no volvieron a cruzarse más que en algunos eventos sociales a los que asistían.

En una ocasión, cuando Barcode se manifestó como omega dominante y la familia Wattanagitiphat dio una fiesta en celebración, Jeff no pudo despegar la mirada del joven omega.

Barcode, ataviado en un traje blanco a la medida se veía alto y etéreo. Jamás vio un omega tan hermoso y fuerte y al igual que en su primer encuentro, se quedó sin aliento, queriendo caminar a él y tocarlo. Su instinto alfa se encendió, quemándole la piel.

—Ahí está tu esposo omega —la voz de Mile le recordó aquella conversación que tuvieron tantos años atrás.