AlfaxAlfa; MileApo | 4
Con el olor de las feromonas de Apo todav铆a fluyendo alrededor de Mile, este 煤ltimo se levant贸 un poco para mirar bien el rostro del primero. La petici贸n de que dejara salir sus feromonas lo preocup贸 m谩s de lo que lo emocion贸.
Acarici贸 la estrecha cintura. El contacto de piel con piel se sinti贸 exquisito en su palma—. ¿Realmente est谩s seguro?
Apo dud贸 un poco. Asinti贸—. Tengo curiosidad...
A Mile le tom贸 unos segundos m谩s el aceptar—. Bien.
Un riqu铆simo y elegante olor similar a las barricadas de vino y a un delicioso y refinado vino a帽ejo llen贸 los sentidos de Apo y al instante todo su cuerpo reaccion贸 con violencia. Los dedos de Apo apretaron la espalda de Mile y le enterr贸 las u帽as tambi茅n. Las cejas negras se contrajeron y los bonitos ojos caf茅 se agrandaron al sentir la furia interna de su instinto alfa queriendo repeler las feromonas dominantes.
Cuando inconscientemente Apo dej贸 salir las suyas, estas, a diferencia de las de Mile que fluyeron con intenci贸n de cortejo, salieron con agresividad.
Mile arrug贸 las cejas, pero no se sinti贸 mentalmente violentado. Bajo 茅l, la figura de Apo Nattawin estaba a la defensiva por mientras su mirada reflej贸 un profundo arrepentimiento. Mile s贸lo dej贸 salir una cantidad m铆nima y su cuerpo lo rechaz贸 al instante.
En lugar de alejarse como pens贸 Apo que lo har铆a, Mile se acerc贸 m谩s—. Conc茅ntrate en mi voz y en mi tacto —le susurr贸 al o铆do.
Las manos de Apo todav铆a continuaron apretadas, est谩ticas, como si se hubieran congelado. El escozor de las u帽as segu铆a picando la piel de Mile, pero decidi贸 ignorarlo. Apo intent贸 con todas sus fuerzas concentrarse en el movimiento de las manos de Mile, en el c贸mo con las yemas acarici贸 su frente, sus ojos, la nariz perfecta, mejillas, y el roce ligero con los labios magullados por los besos fren茅ticos. Se concentr贸 en eso para que su instinto no ganara y lo aventara lejos.
—Tienes una piel muy suave —habl贸 Mile con una voz baja. Recorri贸 el ment贸n bien perfilado, tenso por la fuerza de los dientes apretados, y baj贸 al costado del cuello para disfrutar de sentir c贸mo la vena de Apo bombeaba sangre con fuerza. No supo si emocionarse o no por ese hecho, porque una parte de Apo estaba reacio y la otra luchaba para seguir as铆 con 茅l—. Y me gusta demasiado c贸mo contrasta con la m铆a.
Como a Apo todav铆a le costaba respirar por las feromonas ajenas, no dijo nada; sin embargo, el hormigueo emocional comenz贸 volver poco a poco para ganarle al instinto. Percibi贸 la mano extendida de Mile acariciando su cuello con dos emociones: la del alfa dominante que est谩 a la defensiva y se siente vulnerable teniendo la mano en su cuello de un segundo alfa dominante que le arroj贸 feromonas; la otra, de un hombre que gusta de otro y quiere m谩s caricias, besos, contacto de esa persona.
Una l谩grima baj贸 por la comisura de los bonitos ojos de Apo y se perdi贸 entre las l铆neas de su cabellera. Si la l谩grima fue de tristeza por su propia reacci贸n a las feromonas de Mile o por la fuerza que estaba ejerciendo en s铆 mismo, no supo. Sin embargo, sinti贸 algo c谩lido en su pecho cuando el pulgar de Mile barri贸 el rastro h煤medo.
Al percibir c贸mo el cuerpo de Apo comenz贸 a destensarse, no le arroj贸 m谩s feromonas. Continu贸 con las caricias: una mano se qued贸 en la cintura—. ¿Te he dicho que me gusta mucho esta parte tuya? —volvi贸 a hablar para atraer la atenci贸n de Apo y que continuara relaj谩ndose—. Me recuerda a la forma de una guitarra.
La mano en el cuello se desliz贸 por la clav铆cula y despu茅s a los pectorales. En ese momento Apo record贸 c贸mo instantes atr谩s Mile chup贸 y juguete贸 con sus pezones. Por fin el bonito sonrojo volvi贸 a sus mejillas, y regres贸 un poco del color que se escap贸.
—¿Te sientes mejor?
—S铆 —hab铆a un poco de extra帽a verg眉enza en su voz—. No me lo tom茅 a la ligera, pero igual me sorprendi贸.
Mile detuvo las caricias, se movi贸 y recost贸 en el sof谩 tomando a Apo entre sus brazos. Aunque el sof谩 era de buen tama帽o, todav铆a se sintieron un poco estrechos, pero no fue algo que les molestara. Por el contrario, el casi nulo espacio entre los dos les gust贸 y reconfort贸 por el resto de la noche hasta que lleg贸 el momento de despedirse.
A la ma帽ana siguiente, de camino al trabajo, Apo ley贸 el mismo p谩rrafo del contrato de negocios por en茅sima vez. Deb铆a concentrarse para la junta que tendr铆a en las pr贸ximas horas, pero su mente continu贸 divagando en la reacci贸n que tuvo la tarde anterior al oler la feromona de Mile; no se sinti贸 bien, por el contrario, fue como si sus entra帽as se quemaran. Le tom贸 todo su autocontrol y fuerza de voluntad no salir corriendo de su casa y quedarse recostado con 茅l en el sof谩 cuando en realidad su instinto alfa rug铆a por dentro.
Durante toda la noche se qued贸 pensando en si realmente podr铆a tener una relaci贸n rom谩ntica-sexual con Mile o si lo m谩s adecuado era alejarse antes de que todo avanzara y sentimientos se desarrollaran. Ser铆a doloroso f铆sica y mentalmente querer a alguien y estar tambi茅n a la defensiva por culpa de su segundo sexo.
Su celular vibr贸 con la notificaci贸n de un nuevo mensaje de Mile: “¿Comemos juntos? Quiero llevarte a un lugar”. Y se qued贸 pensando en qu茅 responder.
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