AlfaxAlfa; MileApo | 2




Despu茅s de que Mile Phakphum confesara e insinuara que gusta de abrazar a otros alfas, como 茅l, este hecho no pudo salir en ning煤n momento de la mente de Apo Nattawin.

Como alfa, jam谩s recibi贸 a alguien por detr谩s, pero s铆 fue recibido por omegas en diversas ocasiones. Pensar en ser quien est茅 “abajo” durante los encuentros sexuales es algo que puede decir lo aturde de cierta manera, pues no es lo que se espera de su segundo g茅nero. Menos aun siendo un dominante.

No obstante, Apo, aunque siempre se relacion贸 con el g茅nero que se esperaba se relacionara, nunca fue alguien de mente cerrada y, como se dijo, el gusanito de la duda y curiosidad estaban ah铆, presentes, sin darle espacio a lo largo de los d铆as. Adem谩s, Mile tampoco le dio tregua y desde esa noche comenz贸 a perseguirlo activamente. No fue nada t铆mido en cuanto a hacerle saber que s铆, que su primera verdadera atracci贸n fue sexual y de cierta manera Apo agradeci贸 esto, pues no le interesaba que usara una mentira cursi para que lo rondara.

No mal entiendan. No son desconocidos entre s铆, al contrario. Sus familias se conocen desde hace ya muchos a帽os, pero las interacciones entre ellos jam谩s llegaron a considerarse como amistosas, aunque rondaran la infancia del otro, sino m谩s bien cordiales y protocolarias porque nunca se dieron la oportunidad de conocerse en verdad.

De igual manera, aunque el inter茅s de Mile comenz贸 como algo sexual, siempre gust贸 de tratar y salir a algunas comidas con sus parejas sexuales para posteriormente intimar mejor. As铆 que invit贸 a Apo a una tarde-noche en un bar con m煤sica en vivo para platicar y conocer del otro sus gustos y aficiones en la cama. Estar informado y ser honesto sobre lo que a la pareja le gusta es fundamental, siempre.

Al principio, Apo se neg贸 con una excusa que no le funcion贸 cuando Tong, un amigo cercano, sin querer lo ech贸 de cabeza. Al final, termin贸 accediendo ganado por lo inherente curiosidad de lo que el hombre tendr铆a que decir y lleg贸 al bar a la hora exacta. Mile ya lo esperaba en la entrada.

Para el estatus social de ambos, el lugar elegido era... simple y… barato. Al menos desde el exterior se sent铆a de esa manera. Estaba casi a las afueras de la ciudad y se ve铆a bastante... amaderado y mohoso desde la fachada. Junt贸 el entrecejo, curioso. ¿Mile Phakphum, uno de los alfas dominantes m谩s importantes de Tailandia, insisti贸 tanto para terminar llev谩ndolo a un bar de mala muerte?

Cuando detuvo el autom贸vil, Mile se acerc贸, abri贸 la puerta para 茅l, le dio la mano para que se apoyara al salir. Apo se extra帽贸 por la acci贸n y dud贸 antes de acceder—. Puedo hacerlo solo.

—Lo s茅, pero no est谩 mal ser caballeroso incluso entre caballeros —se encogi贸 de hombros y cerr贸 la puerta.

—¿Y este lugar...?

—S茅 que por fuera no da buena espina —mir贸 la fachada con una sonrisa—, pero espera a que entremos —mientras hablaban, no le solt贸 la mano, la sujet贸 mejor entrelazando los dedos.

Dos hombres alfas, grandes, de m谩s de metro ochenta de estatura entraron muy juntos y sujetos, dejando a los empleados beta de la recepci贸n algo sorprendidos, pues las relaciones entre alfas no eran muy comunes o sabidas. No les dieron importancia a los ojos ajenos y siguieron su camino hasta una mesa reservada en la esquina del lugar.

Apo oje贸 aqu铆 y all谩. Asinti贸 con la cabeza. Si bien desde afuera parec铆a un sitio corriente en el que f谩cilmente podr铆as estar en peligro, por dentro era todo lo contrario. No contaba con grandes lujos, pero era armonioso, acogedor, sutil y con un ambiente bastante 铆ntimo en el cual platicar sin problemas o interrupciones. Las luces eran bajas y ayudaban a mantener esa intimidad.

Al frente, en el escenario, una joven beta de figura alta y carnosa se par贸 tras el micr贸fono. Llevaba un vestido de escote pronunciado pero elegante que quedaba perfecto con el tama帽o de sus senos. El vestido tambi茅n ten铆a una apertura en la pierna que revelaba la mitad del muslo moreno y bien proporcionado. Con el cabello recogido, su cuello y clav铆cula se descubrieron y tambi茅n enmarcaron mejor su rostro. Cuando la voz sali贸, sensual, provocativa y atrayente, Apo entendi贸 por qu茅 Mile lo llev贸 a ese lugar; fue como desconectarse el mundo y entrar a otro lugar donde la voz de la mujer te erizaba la piel.

—Es y canta hermoso, ¿cierto?

Estuvo de acuerdo—. Muy hermosa, tanto la voz como la persona.

—Por eso me gusta venir aqu铆. Me relaja escucharla y como el lugar est谩 retirado del bullicio de la ciudad, no se satura innecesariamente, lo cual permite disfrutar m谩s.

Se sentaron uno frente al otro. La mesa era peque帽a, as铆 que la distancia entre los dos fue la adecuada para no perder de vista cada detalle del rostro del acompa帽ante. A Apo le gust贸 el poder mirarlo a los ojos y supuso que a Mile tambi茅n porque no le despeg贸 la mirada. El mesero lleg贸, dej贸 los men煤s y se retir贸 para permitirles elegir con calma. M谩s tarde ordenaron un sencillo platillo de filete con aderezo y ensalada.

—¿Hay algo que no te guste hacer en el sexo?

Apo casi se ahoga con el trozo de carne en su boca, tuvo que tomar un poco de vino. La pregunta de Mile fue tan directa que incluso 茅l, que nunca tiene problemas para hablar de cualquier tema, se abochorn贸. Ni siquiera ha aceptado cualquier tipo de relaci贸n, pero Mile ya est谩 haciendo ese tipo de preguntas. De igual manera, no pudo negarse a responder—. Hasta ahora, no.

Mientras el cuchillo rebanaba otro trozo de carne, Apo se pregunt贸 realmente qu茅 hac铆a ah铆 sentado hablando de sexo y una posible relaci贸n con otro alfa. Ser铆a un mentiroso si no acepta que esto le genera algo en el pecho que no sabe si es renuencia o ganas de experimentar algo nuevo. Ya ha estado con omegas toda su vida, pero nunca con un alfa. Desde aquella noche en ese bar no pudo dejar de pensar en c贸mo ser铆a estar con uno, incluso lo investig贸, y ahora ese pensar lo tiene sentado frente a un hombre que conoce desde su infancia y que quiere tomarlo por detr谩s.

—¿No est谩s cerrado a experimentar?

—¿C贸mo?

—Ya sabes: juguetes sxuales, juegos de rol, no soy exhibicionista, pero quiz谩 hacerlo en alg煤n lugar al aire libre… Cosas como esas.

—No experiment茅 algo as铆 con nadie.

La sonrisa de Mile se hizo muy muy grande, tal cual le dieran un premio—. Me alegra saberlo.

—¿De verdad?

—Claro que s铆. Es mi honor.

Apo se rio¬—. ¿Llevarme a la cama?

—Tan solo m铆rate. Te ves tan delicioso desde aqu铆 que besarte se me antoja tanto, as铆 que llevarte a la cama y ser tu primer alfa me parece un honor. Claro, si es que me permites serlo.

—¿Y si no lo permito?

—Me temo que doler谩.

—¿Por qu茅 no te gustan los omegas?

—Porque entre alfa y omega la feromona interviene. S茅 que es parte de nuestra naturaleza, pero no me gusta sentirme atado por eso. En cambio, si es un alfa o un beta, es porque yo lo eleg铆 y me gust贸 sin la necesidad de una tercera mano que nos una. Tambi茅n tiene mucho que ver mis preferencias. Por ejemplo, me atraes t煤 porque eres fuerte, te ves grande y tu cuerpo, aunque parezca duro, es fino y placentero por donde lo veas. Una mezcla perfecta entre lo delicado y lo dominante.

—Vaya, eres muy bueno con las palabras.

—S贸lo estoy siendo sincero —se rio.

Continuaron con la comida, el vino, la pl谩tica y la voz de la cantante de fondo hasta entrada la noche. Aunque el lugar no estaba muy concurrido, todav铆a hab铆a varias parejas en las mesas y algunas en la pista de baile, pegados y acaramelados.

La canci贸n que le sigui贸 a las anteriores fue It's a wrap de Mariah Carey. Mile levant贸 las cejas gruesas al escucharla—. ¿Sabes bailar?

—Aprend铆 de ni帽o —como el segundo joven maestro de la familia Wattanagitiphat bailar era fundamental para los eventos sociales a lo que asist铆an.

—Excelente —alarg贸 la mano y le indic贸 que la tomara—. ¿Bailamos un poco?

Nuevamente, como cuando lleg贸, Apo se qued贸 mirando la mano por la acci贸n. Jam谩s lo trataron tan... delicadamente. No sab铆a c贸mo sentirse al respecto, pero s铆 se dio cuenta de que no se sent铆a del todo mal el ser a quien le demuestran inter茅s. Como alfa, siempre fue la persona encargada de dar el primer paso en toda relaci贸n sexual o rom谩ntica que tuvo as铆 que esta nueva experiencia se sent铆a extra帽a pero no desagradable, incluso la est谩 disfrutando.

Llegaron a la pista de baile. Mile le puso la mano en la cintura y lo acerc贸. Apo, que tambi茅n iba por el papel dominante al bailar, se qued贸 sin saber d贸nde poner las manos—. Ponla en mi hombro o brazo —le indic贸 Mile mientras sosten铆a la otra. As铆 lo hizo.

—¿Siempre haces esto cuando te interesa alguien?

—Las comidas s铆, creo que es b谩sico. Los bailes no, pero llevo todo el tiempo queriendo sostenerte, y tocar aqu铆 —ejerci贸 un poco de presi贸n en la mano que manten铆a sobre la estrecha cintura—. Adem谩s, hueles delicioso, y un baile tranquilo me permite tocarte y olerte. ¿Usas perfume?

—No.

Se acerc贸 hasta casi enterrar un poco la nariz en el cuello de Apo e inhal贸—. M谩s delicioso.

Los alfas dominantes tienen la habilidad de ocultar por completo su feromona y s贸lo permitir que salga si as铆 lo desean. Adem谩s, en la sociedad est谩 penado y mal visto que cualquiera, alfa u omega vayan por ah铆 esparciendo su feromona porque pueden provocar el celo de alguien. As铆 que el comentario de Mile sobre su aroma natural le gust贸.

Aunque It's a wrap es una canci贸n dif铆cil con varios altos que habla del final de una relaci贸n, la cantante se las arregl贸 para hacerla sonar baja y m谩s 铆ntima, perfecta para las parejas rom谩nticas ah铆 presentes. Mientras se mec铆an en medio de la canci贸n, Mile se pregunt贸 por qu茅 nunca antes le prest贸 este inter茅s a Apo Nattawin; es encantador, inteligente, atractivo e incluso tierno. Totalmente su tipo, mas no lo vio antes; quiz谩 porque estuvo ah铆 casi toda su vida lo dio por sentado.

Por su parte, Apo sinti贸 cosquillas en todos los lugares en el que el cuerpo de Mile lo estaba tocando. ¿Era as铆 como se sent铆an los omegas en celo cuando un alfa los tocaba?, ¿o simplemente 茅l ya estaba sobre exagerando las cosas? Aunque, bueno, por el contexto, tampoco es irrazonable que se encuentre de esa manera, menos a煤n con la charla que tuvieron mientas com铆an y por c贸mo Mile aspir贸 su aroma y lo volvi贸 a llamar delicioso.

Admite que se siente ansioso y renuente a la vez. Quiere saber cu谩l ser谩 el siguiente paso que har谩 Mile en este encuentro y c贸mo planea crear esa relaci贸n que espera, y a al mismo tiempo le da miedo que d茅 ese siguiente paso porque no se encuentra preparado ni f铆sica ni mentalmente para que pase algo.

Como si Mile le pudiera leer la mente, habl贸: —No voy a hacer nada hoy, ni siquiera besarte —suspir贸 con pesar.

La ceja de Apo se elev贸, cuestionando.

—Eres un alfa que est谩 experimentando esto por primera vez, as铆 que no quiero asustarte avanzando de prisa. El que aceptes mi cercan铆a —baj贸 la mirada a sus cuerpos pegados por el baile lento—, y el toque de mis manos en tu cuerpo —volvi贸 a apretar un poco su cintura, tambi茅n la mano en la suya—, ya es suficiente para la noche de hoy. Si avanzo m谩s, si me emociono y dejo salir un poco de mi feromona, por naturaleza la rechazar谩s y te alejar谩s porque no est谩s acostumbrado a m铆.

—¿Me adiestras entonces?

La risa de Mile sali贸 divertida por la pregunta—. No puedo negarlo, en realidad, porque s铆, digamos que s铆. Tengo que hacer que te adiestres a mi feromona porque si lo hacemos as铆, cuando vierta mi semen en ti, tus propias feromonas van a reaccionar con violencia a las de otro alfa y te causar谩 dolor. Me gusta que mi pareja disfrute, no que sufra, o al menos no ese tipo de sufrimiento.

La canci贸n termin贸 y pas贸 a otra y otra m谩s. Mile cumpli贸 su palabra, adem谩s del contacto cuerpo a cuerpo por la cercan铆a del baile, no hizo m谩s. Sus manos s贸lo rondaron en su cintura y espalda baja, provocando hormigueos, aumentando la expectativa, pero no fue m谩s all谩. S贸lo de rato en rato acercaba un poco su rostro a su cuello, como si disfrutara demasiado su aroma natural y le resultara embriagante.

Se despidieron pasada la medianoche con la promesa de Mile de que el pr贸ximo encuentro ser铆a m谩s encantador, e 铆ntimo.

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