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El primer contacto que tuvieron Barcode Wattanagitiphat y Jeff Satur fue en una reunión social en la que los padres del pequeño niño de un mes de nacido lo presentaron al mundo. Jeff puede recordar con claridad que tenía tan sólo cinco años cuando eso ocurrió. Se acercó con su madre alfa y al ver al niño con sus enormes ojos mirándolo, su cabeza quedó en blanco y su corazón se volvió loco. El aliento que le quedó atascado en la garganta se alivió cuando el pequeño Barcode estiró su diminuta manita hacia él. Su mano, tan suave y calentita, le acarició el rostro cuando Jeff se arrimó. —Mamá… ¿puedo casarme con él? —preguntó Jeff inocentemente. Las elegantes damas se rieron con gracia al parecerles tierna la pregunta. Más tarde, cuando Jeff se fue a jugar, llegó con la mano sobre el corazón y las mejillas sonrojadas con su mejor amigo Mile—. ¿Te pasó algo? —le preguntó el niño de cejas tupidas. —Acabo de conocer a mi omega —dijo emocionado. —¿Quién? —¡Barcode! —¿El pequeño niño Wattanagit...

Después de pensarlo durante un largo rato que se convirtió en un par de horas desde que le llegó el mensaje, Apo aceptó la salida con Mile. Y, al igual que la primera vez que salieron juntos, quedó sorprendido con la elección de lugar. En esta ocasión no lo llevó a un bar escondido a las afueras de la ciudad, si no a un gran almacén. —Sé que por fuera no da buena espina, pero espera a que entremos —repitió Mile lo de aquella vez. Sonrió y asintió—. Esperaré algo bueno. De manera natural terminaron con las manos entrelazadas de camino al almacén. Apo se dio cuenta con sólo entrar de qué iba todo. El lugar era un almacén de locales de ropa, comida, baratijas y demás cosas de segunda mano. —Cuando cenamos en mi casa te enseñé mi cuarto de recuerdos con cosas que compré en mis viajes y otras que adquirí aquí mismo en Tailandia ya que se me hicieron especiales... Pues este es mi lugar preferido para comprar cosas vintage —sonrió como si contra un secreto. Apo levantó la ceja un poco emocion...

Con el olor de las feromonas de Apo todavía fluyendo alrededor de Mile, este último se levantó un poco para mirar bien el rostro del primero. La petición de que dejara salir sus feromonas lo preocupó más de lo que lo emocionó. Acarició la estrecha cintura. El contacto de piel con piel se sintió exquisito en su palma—. ¿Realmente estás seguro? Apo dudó un poco. Asintió—. Tengo curiosidad... A Mile le tomó unos segundos más el aceptar—. Bien. Un riquísimo y elegante olor similar a las barricadas de vino y a un delicioso y refinado vino añejo llenó los sentidos de Apo y al instante todo su cuerpo reaccionó con violencia. Los dedos de Apo apretaron la espalda de Mile y le enterró las uñas también. Las cejas negras se contrajeron y los bonitos ojos café se agrandaron al sentir la furia interna de su instinto alfa queriendo repeler las feromonas dominantes. Cuando inconscientemente Apo dejó salir las suyas, estas, a diferencia de las de Mile que fluyeron con intención de cortejo, salieron co...